Transcribo aquí un artículo de Rosaura Barahona, del periódico El Norte quien expresa estupendamente precisamente lo que tengo yo en mente. ¿Para qué repetir?. Mejor doy la voz a los que saben más que yo:
Preocupación y tristeza
Rosaura Barahona
15 Sep. 2016Mucho de lo experimentado a raíz de la marcha del pasado sábado me ha preocupado y entristecido. Y no por la marcha en sí, sino por el nivel educativo proyectado en los videos subidos a YouTube, Facebook o en los correos recibidos.
Me envían un video de Marcial Padilla, director del grupo ConParticipación, en donde habla sobre la importancia de la unión de México.
Exhorta a acabar con los insultos y los hashtags y a pensar en los niños, pero arruina todo al pedir dejar a los niños "un mundo con biología, no ideología".
¿Cómo explicarle a Marcial que no hay mundo sin ideología, a menos que sea el de los animales, en donde los niños quedarían reducidos a machos y a hembras?
Perdón por ser repetitiva, pero muchos creen que al casar la ignorancia con la arrogancia encontraron la verdad absoluta y la repiten sin cuestionarla.
Una niña Domínguez me escribe sólo: "Usted también tiene una ideología. Já". No entiendo. ¿Qué significa eso? ¿Por qué la burla? No hay nadie en el mundo sin ideología. Incluso las tribus salvajes tienen ritos, creencias y tabúes y todo está vinculado a un grupo de ideas creadas por su propia experiencia.
Sus mujeres y nosotras nacemos y somos biológicamente iguales, pero ellas son educadas de una manera muy diferente a la nuestra y nos convertimos en seres sociales distintos debido a la formación (ideología) de unas y otras.
Por eso todos los que marcharon tienen ideología.
Si marcharon más de un millón 140 mil personas, ¿cuántas son egresadas universitarias? ¿Cuántas graduadas de prepa? ¿El 30 o 50 por ciento?
De ser así, ¿en dónde quedó su capacidad para cuestionar y, sobre todo, para pensar por cuenta propia, lejos de las ideas impuestas al grupo? ¿Buscaron las fuentes originales para informarse o se ahorraron ese trabajo y se limitaron a creer y repetir lo dicho por algunas personas con su misma cosmovisión?
Le doy algunos ejemplos de lo recabado a raíz de esto.
Una pareja dice que el Gobierno busca "despoblar" el País en beneficio de los grandes consorcios y poderes. (¿Despoblar un territorio con 120 millones de habitantes?).
Una joven asegura que el Gobierno obligará a todas las adolescentes embarazadas a abortar, igual que a muchas mujeres casadas para que el control quede en manos de los homosexuales (¡!).
Un señor se ufana de que, gracias a Dios, él creció sin ninguna ideología ajena y, guiado por sus padres, aprendió a pensar sin que nadie le sembrara ideas en su cabeza. Por eso sus ideas son sólo de él. (¿Qué se hace en este caso? Lo pregunto en serio, no es burla).
Decenas condenan el pecado de "todo lo antinatural". (Pecado sólo para los creyentes católicos; para los no creyentes, no hay pecados, sino fallas o errores. Con esa lógica, todo: vehículos, refrescos, cirugías, medicinas, ropa, puentes y aire acondicionado son antinaturales y, por lo tanto, ¿pecados?).
Otra señora asegura que "familia" es sólo aquella en donde hay un papá, una mamá e hijos. Si uno de los cónyuges muere, deja de ser familia y se convierte en un "accidente familiar". Igual, si la abuela cría a los cinco nietos huérfanos o recoge a un vecino abandonado. Una divorciada, un padre soltero o una pareja que se casa, pero no desea tener hijos, son accidentes familiares, nunca familias.
¡Y lo creen! Eso es lo peor de todo. Mi papá se murió y dejó viuda a mi mamá con seis hijos, cinco estudiantes y uno casado. Ella nos sacó adelante y mi familia es lo mejor de mi vida. Quiero que un valiente se atreva a decirme que sólo somos un accidente familiar.
Preocupa que haya tanta gente que piense así y crea que si Jesucristo viniera, encabezaría su marcha, cuando les recordaría qué significa ser cristiano y abrazaría a todos los que estos marchistas excluyen, insultan y desean ver muertos o "curados".
Ojalá se atrevieran a pensar por cuenta propia: alimentarían su espíritu sin entronizar la mentira.
rosaurabster@elnorte.com
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