UA-110084627-1 VIEJITA TROTAMUNDOS: MIEDO A ENVEJECER

soy vieja y he trotado el mundo

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Tenemos libros publicados, dos exhibiciones de pintura, muchos trabajo tipo tequio en huertos individuales, apoyo entre los y las integrantes de la Asociación, intervención en la redacción de la ley 860 sobre los derechos de las personas adultas, conferencias, seminarios

martes, 26 de noviembre de 2019

MIEDO A ENVEJECER

Comparto una excelente reflexión hecha por una de las compañeras de VIDAM, Vida digna para adultos mayores A.C., asociación a la que pertenezco aquí en la ciudad de Xalapa Veracruz (https://vidamvidadignapersonasadultasmayores.blogspot.com/) Invito a que nos visiten pues tenemos muchas actividades, reflexiones, actividades que podrían interesarles. Gracias y sin más, aquí está Marva:


 26 de noviembre 2019

Miedo a la vejez

Mucho se habla de la generación de los 60, de quien éramos jóvenes adolescente en esos años, generación de rompimientos gestados durante y en la posguerra 39/45, no una, sino varias generaciones fuertes que hemos sembrado cambios radicales en la evolución social, desde los regímenes políticos e ideológicos, ejerciendo las libertades y respeto como persona, desarticulando el juego de valores: con cambiar de lugar, no se pierden, simplemente hay valores que se hacen prioritarios y que antes no lo eran.
Ahora el promedio de vida es de 75 años, y vemos personas con esos años encima que no les pesan, que siguen en actividad y aun con proyectos de mediano plazo, ¡esto es realmente maravilloso!, esas personas no le temen a la vejez y siguen “viviendo”.
Algo que se ha empezado a romper desde hace algunas décadas son dos momentos de la vida que se contraponen, si en la postguerra nació el “rebelde sin causa” y la “terrible la adolescencia” que aún le temen muchos padres y madres; en la actualidad hay otras etapas: son la ponderación de la juventud y la degradación de la vejez con el creciente y lógico miedo a envejecer que invade todos los ámbitos de la vida de muchas personas, envejecer dignamente es difícil, cuando la consigna de nuestra sociedad es permanecer joven, una cultura que con la influencia extranjera ha dejado de respetar y reconocer la sabiduría de las personas ancianas que profesaban nuestras culturas ancestrales y ahora los viejos somos: como dijera Christine Lagarde la directora del FMI y actual presidenta del Banco Central Europeo “ Es un riesgo que la gente viva más de lo esperado pues representa una amenaza para la sostenibilidad de las finanzas públicas una carga para los gobiernos y la sociedad”.
Es así que desde el ámbito interno desde el pensamiento y alma de cada quien el miedo está presente, miedo a depender, miedo a molestar, miedo a interrumpir, miedo a la soledad que se siente cuando se está en compañía y no encajamos en sus hábitos, miedo a la enfermedad pues es promesa de incapacidad y/o de muerte, miedo a morir que de manera natural sería el paso siguiente cuando se cuentan mucho años, miedos creados por un sistema social que arrumba a los ancianos y ancianas en vez de dignificarles pues ya hicimos patria con tantos años de trabajo en el ámbito cualquiera que se vea, el hogar, la crianza, en las oficinas, las fábricas, los trabajos de servicio particular, en cualquier quehacer ya se sirvió y seguiríamos sirviendo si no se nos discriminara.
En mi observación y entendimiento por mi carrera y mi experiencia detecto ese miedo en las personas mayores y están marcados por los roles de género; seguimos viviendo la diferencia por sexo: hombre septuagenario con mujer cuarentona, pelos pintados, jersey, pantalón de mezclilla, zapato tenis y viagra (Sugar Daddi) miedo a perder la virilidad y la juventud; Mujer de la misma edad: pelos pintados maquillaje a pasto para disimular las arrugas, si bien están con un grupo de amigas que se reúnen para convivir un rato, están solas, pues los engendros ya se fueron y los hombres buscan mujeres jóvenes para atrapar la juventud perdida, mujeres con escasa economía pues sus salarios y pensiones son pobres o fueron amas de casa generalmente sin pensión actual, con la discriminación de no trabajo para las mujeres adultas mayores y no tan mayores pues los trabajos son para las jóvenes. Pocas son las que se pueden convertir en Sugar mommi por la falta de dinero y la sobra de prejuicios, esto no es más que la representación del miedo, la auto descalificación y el desprecio a la vejez; lo mismo da si nos negamos a aprender algo nuevo, el uso de la compu, o de los celulares, a terminar, continuar o iniciar una carrea o un entrenamiento dentro de la tecnología.
Poco a poco la cultura de la pleitesía a la juventud ha segregado a las personas mayores y va convenciendo a los jóvenes de estos principios que les harán mucho daño en unos años más: cuando lleguen a viejos, si es que llegan…
La generación de la posguerra está formada principalmente por mujeres fuertes y empoderadas que se miden a sí mismas y no con la vara que la sociedad dispone. La importancia de esto es que las personas mayores de hoy estamos luchando por que las personas mayores de mañana tengan una vejez digna, activa, respetada y feliz… con las suficientes garantías para vivir sin miedo a envejecer…”

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